Quién Soy
Mi identidad clínica
Soy psicólogo con orientación fenomenológico-existencial, y mi trabajo parte de una escucha profunda, de la autenticidad y del encuentro real entre dos subjetividades.
Creo que la clínica es, ante todo, un espacio de presencia: un lugar donde la persona puede existir sin máscaras, sin necesidad de saberlo todo, pero con apertura para escucharse con honestidad.
No se trata de corregir a nadie, sino de acompañar el proceso de quien desea convertirse en quien es, de forma más consciente y verdadera.
En mi práctica clínica, me inspiro en la filosofía de Jean-Paul Sartre y en la psicología centrada en la persona de Carl Rogers.
Para mí, el ser humano no nace con una esencia ya hecha: la construye, la negocia, la reinventa.
La libertad, por tanto, no es un punto de partida, sino una posibilidad.
No todos son libres al inicio, pero todos pueden llegar a serlo.
Es en ese intervalo entre lo que la persona vive y lo que puede llegar a ser donde se inscribe el trabajo terapéutico que propongo.
Me posiciono de forma ética, sin juicios, pero también sin una neutralidad pasiva.
Entiendo el sufrimiento psíquico como parte del existir, no como un error.
La clínica, en ese sentido, es un lugar de elaboración, donde el dolor puede ser escuchado, nombrado y resignificado.
También es un espacio donde los silencios hablan, los vínculos sanan y las preguntas valen más que las respuestas hechas.
Acompaño a personas que buscan comprenderse a sí mismas, sus relaciones y sus deseos — especialmente en temas ligados a la sexualidad, los vínculos afectivos, la identidad y el sentido de la vida.
Mi misión es ofrecer un espacio donde cada quien pueda construirse con libertad y responsabilidad, respetando su singularidad y su historia.
Porque, al fin y al cabo, existir siempre es un acto de valentía.